Agujerea cuidadosamente el huevo, por arriba y por abajo. Sopla su contenido en una taza y enjuagar el interior. Deja que se seque. Antes de aplicar la pintura, haz un boceto a lápiz del dibujo sobre la cáscara. Pintála. Cuando se haya secado, dale una mano de barniz transparente.
También se pueden utilizar colorantes naturales para teñir las cáscaras de huevo. En un recipiente, calentar un poco de agua y añade algunos trozos de piel de cebolla y una cucharada de vinagre. Pon las cáscaras en el agua hirviendo; éstas adquirirán un tono amarillento, anaranjado o incluso rojo, según su color inicial y el tiempo de cocción.
Si se desea obtener un color muy verde, añade espinacas al agua. Para otras tonalidades son muy apropiados el jugo de remolacha, la col, el té y el café
Fuente: Mil ideas para la mujer de hoy